Una alimentación saludable es aquella que aporta todos los nutrientes esenciales y energía para mantenerse saludable. Se debe tener en cuenta calidad, cantidad, armonía y adecuación.

Cada individuo tiene distintas características, por lo que los planes de alimentación deben ser PERSONALIZADOS y realizados a medida. Se debe tener en cuenta, edad, sexo, posible existencia de patologías, actividad física, hábitos alimentarios, horarios, economía y objetivos planteados en la consulta.

Los resultados pueden variar de persona en persona porque cada paciente responde de manera diferente a los tratamientos.